Reflexión #2

Las primeras semanas de mi práctica fueron difíciles. El acento andaluz es un desafío para mí. Los otros voluntarios con que yo trabajo, tienen un acento fuerte.  Pero después de unas semanas he empezado entender más porque yo he aprendido a usar el contexto y los gestos para ayudarme.  Asimismo, al principio no hablé mucho con los otros voluntarios porque tenía miedo que no podía entender la conversación.  Sin embargo, ahora entiendo que vale el riesgo y si no entendiera, ellos me lo explicaría.  De estas experiencias tengo más confianza en mi habilidad hablar y entender español. Yo creo que es necesario que conteste muchas preguntas y participe en las conversaciones para aprender más sobre la lengua y la cultura.

            Durante el descanso cada día, los otros voluntarios me ayudan con mis preguntas sobre la gramática y la lengua coloquial. Por ejemplo, Miguel me ha explicado muchas cosas como los usos del pretérito y el imperfecto y el uso del presento perfecto. Después de estas explicaciones yo he empezado a pensar más sobre los tensos cuando yo hablo. Además he aprendido la lengua coloquial de estas conversaciones. También cuando ellos cuentan chistes, yo ahora les contesto por una explicación porque yo aprendo muchas cosas de los chistes. Durante el primer mes, Yo trabajé con otra estudiante pues no interactué mucho con los otros voluntarios. Pero, ahora yo hablo más con los otros voluntarios y he aprendido mucho de las conversaciones. También yo he aprendido muchos mandatos que son comunes de mis tareas cotidianas. He tenido más interacciones con los clientes que es ayudado desarrollar mi perspectiva de las personas sin recursos que es importante porque yo quiero ser trabajadora social. En general, disfruto mi experiencia en el comedor.